La reducción del arancel de importación de la varilla: ¿Salida fácil a la crisis de la construcción?


El presente ensayo pretende analizar una decisión tomada la semana pasada por el Ministerio de Economía, que pretende reducir el arancel de importación de la varilla, para dinamizar el comercio y de esta manera activar el sector de la construcción que fue una de las principales víctimas durante la última crisis económica, catalogada como la más fuerte que se ha registrado. Consecuentemente, tal decisión ha generado puntos de discordia que se tornan interesantes para ser analizados bajo la luz de la Administración Pública como brazo ejecutor del Estado para lograr el bien de la sociedad. La justificación anterior, sirve de precedente para iniciar un recorrido sobre los cambios ocurridos, los beneficios  así como también los perjuicios al país permitir esta serie de cambios, las posibles soluciones que podrían plantearse. Finalmente, hecho el recorrido, se espera crear el criterio suficiente para  responder la interrogante lanzada desde el título: La reducción del arancel del importación de la varilla ¿Salida fácil a la crisis de la construcción? Mucho se opina del tema, pero poco se ha analizado en beneficio de la sociedad, dejando de lado, los índices económicos que son propiamente tecnicismos de un campo en específico y que no reflejan en su totalidad el sentir de la colectividad.


Tal como se dijo anteriormente, durante la reciente crisis económica el país sufrió las consecuencias del decrecimiento del sector de la construcción estadounidense, provocando que se desacelerara dicho proceso  dentro del territorio nacional, afectando fuertemente la escena económica nacional. Podría pensarse, que al mirar los índices del PIB, el efecto de la construcción sobre la economía es relativamente insignificante, pues oscila entre el 4% al 5% del total del Producto Interno Bruto, sin embargo, la realidad es otra, al calcular el PIB referente a la construcción sólo se toman las construcciones realizadas, se dejan de lado el sector industria ligado a  éste tal como maquinarias, servicios de demolición,  y el sector comercial como las suplidoras de materiales, los mismos materiales entre otros que colaboran estrechamente con la construcción. Concluyéndose que el verdadero impacto en la economía trasciende índices estadísticos, que en este caso sirven para ejemplificar cuantitativamente, la dinámica que sucede.


Desde el punto de vista social,  esta realidad se refleja a través de  muchas obras inconclusas, otras que merecían ser restauradas no lo fueron, un aumento casi imperceptible de la infraestructura pública, incapacidad de los ciudadanos para comprar y/o construir dadas las ventajas bancarias a través de las tasas de interés para estimular dicho sector, lamentablemente, hasta el día de hoy esta acción parece ser insuficiente pues los salarios de la mayoría de las personas les impide obtener un crédito mayor, por lo que tienen que conformarse con lo que la entidad crediticia les pueda prestar y lo que parece titánico en estos días, comprar o construir una vivienda incluyendo la compra del lote (si es en una urbanización) con menos de quince millones.


Por otra parte, la situación anterior redujo la capacidad productiva del país, lo que paralizó la economía, ya que, el sector de la construcción se considera el motor de la producción costarricense, pues siempre se requerirá de infraestructura, edificios, bodegas, oficinas y viviendas que faciliten las actividades comerciales y de servicios.


Si bien es cierto, se aprobó reducir el arancel sobre la varilla, esta disminución pretende incentivar y estimular a las personas para que construyan, debido a que los gastos por concepto de compras de varilla, constituyen alrededor del 10% del presupuesto total invertido en una vivienda y se dice que puede llegar hasta el 15% si es un edificio.


Personalmente, me parece que dicha reducción es importante más no significativa, simplemente porque existen otros materiales que también son importantes y deben ser tomados en cuenta, cuando se decide disminuir los aranceles, por ejemplo el cemento, o el block, si se piensa en una familia de recursos limitados que planea construir una vivienda, cabe preguntarse: ¿realmente podrán concluir este proyecto? pues una casa no sólo se hace con varillas y ¿los otros materiales que son prioritarios en dicha construcción mantienen los precios que se alzaron desde que se dio la burbuja inmobiliaria durante la crisis pasada?


Pensando de forma lógica, lo que debería de esperarse es que haya una gestión por reducir los aranceles de los materiales que son de primera necesidad cuando se construye, pues sólo de esta manera se reactivaría el sector de la construcción, de nada sirve organizar eventos donde se promocione la idea de adquirir casa, de construir si los precios reales son desalentadores, y se piense que la mayoría de la sociedad pertenece a la  clase media, por lo que no pueden acceder a comprar materiales de construcción a precios elevados, por lo que tienen que optar por el hacinamiento, o construir como popularmente se dice “algunas piezas” en el patio de algún familiar, situación que merece ser cambiada, ya que, estas decisiones no inyectan mucho capital a la economía y el crecimiento se hace cada vez más lento e imperceptible.


Tal como lo han sostenido los expertos, esta medida debe ser complementada con otras que realmente favorezcan para construir, por ejemplo aprobar la Ley del Bono Diferido y replantear la posibilidad de disminuir el Encaje Mínimo Legal. Sin olvidar, que al construir se estaría moviendo el empleo, se necesitaría de mano de obra, en consecuencia, se disminuiría el desempleo y el empleo informal que puede tornarse más dañino que el desempleo, ya que, habría fuga de impuestos y cargas sociales, que pertenecen al Estado.

Tampoco es sano, mantener las trabas con los permisos para construir, no es favorable que se tarden 200 días para presentar los planos y adicionalmente haya que esperar entre 170 y 290 días para los permisos de construcción.

Finalmente, se puede concluir que la situación real trasciende el hecho de reducir el precio, esta no es la salida fácil, tan sólo es una medida alterna para reactivar un poco la economía, pero el secreto se encuentra en crear un plan que estimule la producción y genere empleo, por ejemplo que se construya pero que se empleen peones y demás personas que saben del tema.

La salida fácil no es bajar el precio de la varilla o de todos los materiales sino que debe pensarse en la sociedad, de esta manera hacer que los actores vinculantes se pongan de acuerdo para crear una nueva estrategia que realmente active el sector de la construcción, el sector productivo, el sector comercial de compra y venta de servicios y el sector Estatal como un propulsor del bienestar de cada uno de los individuos que conforman la sociedad costarricense.

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